martes, enero 25, 2005

Arboles transgénicos

- Presentación de los árboles transgénicos a COP 10 de las Naciones Unidas

Organizaciones y representantes de movimientos sociales de Europa Oriental y Occidental, así como de Norteamérica y Sudamérica, se reunieron en Buenos Aires, Argentina durante la primera mitad de diciembre de 2004, para urgir a la décima Conferencia de las Partes (COP 10) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que prohíba los árboles transgénicos en el Protocolo de Kioto -el tratado internacional sobre el calentamiento global.

Fue en la COP 9 del año pasado que un comité de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) declaró que los árboles transgénicos podían ser usados en plantaciones creadas supuestamente para neutralizar las emisiones de carbono de las fábricas en el Norte Industrializado, como parte del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto.

La decisión impulsó la creación de una red internacional de grupos que se unieron para exigir que las Naciones Unidas excluyera a los árboles transgénicos de Kioto y más aún: que los prohibiera totalmente. En mayo del año pasado, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), Amigos de la Tierra Internacional, Global Justice Ecology Project y Peoples Forest Forum concurrieron al Foro sobre Bosques de las Naciones Unidas (UNFF) para presentar a los delegados nacionales y a otras organizaciones no gubernamentales de 22 países, los peligros de los árboles transgénicos y cómo muy probablemente éstos empeorarían el calentamiento global en vez de ayudar a mitigarlo.

Además, Peoples Forest Forum de Finlandia, que incluye a Union of Ecoforestry, Peoples Biosafety Organization y Amigos de la Tierra, inició una campaña de petición internacional poco después de la decisión de Naciones Unidas de diciembre de 2003. Para la reunión del UNFF de mayo, habían recolectado 1.500 firmas exigiendo a Naciones Unidas la prohibición de los árboles transgénicos. En un encuentro de grupos contrarios a los árboles transgénicos realizada durante la reunión de mayo de Naciones Unidas, se sugirió realizar otra presentación sobre árboles transgénicos en la COP 10 de la CMNUCC en Buenos Aires como forma de aumentar la presión para revertir la decisión pro árboles transgénicos. WRM y Global Justice Ecology Project analizaron con mayor profundidad estos planes en Durban, Sudáfrica, en una reunión sobre alternativas al comercio de carbono y otros métodos que están siendo utilizados actualmente por los gobiernos y las corporaciones para evadir sus compromisos de reducir las emisiones de carbono en el marco del Protocolo de Kioto.

En diciembre de 2004, FERN, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, Global Justice Ecology Project, una científica mapuche de Chile, Peoples Forest Forum, la Coalición Mundial por los Bosques, Amigos de la Tierra Internacional y otras organizaciones y personas, convergieron en Buenos Aires para la COP 10.

El problema de los árboles transgénicos debutó en la COP 10 de 2004 durante una conferencia de prensa de "Justicia climática" organizada por los grupos que se habían reunido anteriormente en octubre en Durban, Sudáfrica, en el encuentro donde se criticaba el comercio del carbono. Raquel Nuñez del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales habló en la conferencia de prensa y declaró que, "las plantaciones de monocultivos de árboles están devastando las comunidades locales y su medio ambiente. Si el Protocolo de Kioto permite que las enormes plantaciones de árboles transgénicos cuenten como proyectos de desarrollo limpio, los resultados serán catastróficos".

Pocos días después, el WRM organizó un evento paralelo sobre árboles transgénicos para la comunidad local en el Jardín Botánico, fuera de la COP 10. Este evento trató los problemas y peligros asociados a los árboles transgénicos frente a una gran audiencia muy interesada.

En otra conferencia de prensa el jueves 16 de diciembre, el grupo presentó nuevamente los hechos y peligros de los árboles genéticamente modificados. Los medios que asistieron parecieron muy interesados e hicieron muchas preguntas para el seguimiento del tema. Además, Hannu Hyvonen de Peoples Forest Forum presentó la petición de su grupo con 2.000 nombres que se oponen a liberar a los árboles transgénicos en el medio ambiente. Global Justice Ecology Project también mostró un clip promocional de su próximo video documental titulado "El Bosque Silencioso: La creciente amenaza de los árboles genéticamente modificados" a ser lanzado en febrero de este año.

En la conferencia de prensa, Lorena Ojeda, una científica mapuche, explicó los impactos que sufren las comunidades rurales e indígenas. "Las plantaciones impactan el sur de Chile, causando graves problemas ambientales y sociales. El polen de estas plantaciones viaja largas distancias en el viento, contaminando el agua y afectando a la gente con alergias y asma".

"Si las plantaciones industriales de árboles ya causan tantos problemas con el polen ¿cuál será el efecto del polen de los árboles transgénicos que contiene pesticida Bt?" preguntó. "Este polen modificado podría causar más enfermedades al contaminar el agua, los ecosistemas, la flora, la fauna y a la gente", continuó.

La conferencia de prensa fue organizada conjuntamente por el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, FERN, Amigos de la Tierra Internacional y Global Justice Ecology Project, luego de que se perdiera su solicitud para realizar un evento paralelo oficial sobre árboles transgénicos en la Convención de Naciones Unidas, en el cual pudieran dirigirse directamente a los delegados de las Naciones Unidas.

Durante la COP 10, la red de grupos que trabajan en el tema de los árboles transgénicos se reunió para discutir los planes futuros. En esta reunión, Ricardo Carrere del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales explicó que el delegado de Uruguay ante Naciones Unidas le había explicado los orígenes de la decisión sobre árboles transgénicos adoptada en la COP 9 del año pasado. Le dijo que había surgido porque Noruega había intentado que los árboles GM fueran prohibidos en el Protocolo de Kioto. Esto desató una reacción de otros países como China (que ya había comenzado el cultivo de árboles transgénicos resistentes a los insectos en plantaciones) y Brasil, que sintieron que una prohibición de este tipo violaría su soberanía estatal. En esencia, la decisión pro árboles transgénicos se adoptó simplemente porque el grupo no pudo acordar una prohibición.

En el último día de reuniones de la COP 10, grupos políticos de Buenos Aires y el resto de Argentina organizaron una manifestación fuera de las puertas de la convención. Orin Langelle de GJEP habló con una mujer que participaba en la manifestación que objetaba que se impidiera al público participar en las decisiones sobre el calentamiento global, que nos iba a afectar a todos. Cuando Orin le explicó que él estaba con Global Justice Ecology Project, la joven exclamó: "¡Ah, fuiste parte del evento sobre árboles transgénicos en el Jardín Botánico el lunes pasado! ¡Estuvo muy bueno! ¡Las Naciones Unidas deberían haber hecho todos los eventos abiertos al público como ése!"

Por: Anne Petermann, Global Justice Ecology Project, correo electrónico: globalecology@gmavt.net

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miércoles, enero 19, 2005

Resistencia agroecológica


Pilar Galindo


¿Qué es “Agroecología y Consumo Responsables”?

La agroecología es una forma de producir alimentos contando con la naturaleza y no contra ella; un conocimiento secular anclado en una sabiduría campesina que la modernización capitalista ha desterrado del ámbito de la producción porque no es competitivo en términos de mercado. El consumo responsable es la contraparte necesaria que, construyendo redes de consumidores en las ciudades en legítima defensa de su seguridad alimentaria, se comprometen directamente con l@s productor@s agroecológic@s. Este compromiso implica un diálogo sobre las necesidades que ambas partes tienen, buscando la reciprocidad y la equivalencia, promoviendo el apoyo mutuo para producir y consumir alimentos sanos, con un precio justo que remunere de forma suficiente la actividad de los productores rurales en lugar de ser resultado de las oscilaciones de los precios de los productos en el mercado, inasequible a comienzos de temporada e insuficientes para los productores cuando la oferta es abundante. El consumo responsable se interroga sobre lo necesario y lo superfluo, promueve el consumo de alimentos de temporada, la proximidad, la reutilización de envases. Es decir, mira más allá de la calidad del producto y del precio.

Por un lado, la producción de alimentos sanos, a precios justos, respetuosa con la naturaleza y primando la salud de las personas. Por otro, la construcción de redes de consumidor@s en las ciudades que garantizan a los productor@s agroecológic@s la compra de su producción, consiguiendo con ello una alimentación sana, colectiva, participativa y al margen de las multinacionales de la alimentación. Construcción de sociabilidad en estado puro. Infraestructura de un mundo más humano e integrado en la naturaleza.

Amigos de la Tierra cuestiona la veracidad de los datos sobre cultivos transgénicos facilitados por el ISAAA


Situación global de los cultivos modificados genéticamente: una visión distinta a la de la industria biotecnológica

El Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnolológicas (ISAAA) hará público hoy su informe anual sobre la situación global de los cultivos modificados genéticamente en 2004, donde revelará que la superficie sembrada con este tipo de cultivos ha experimentado un crecimiento del 20% entre 2003 y 2004. Argumentará que 8,25 millones de agricultores utilizan semillas transgénicas y que la mayoría están en países del tercer mundo. Estos datos llevan al ISAAA a concluir que las perspectivas de la biotecnología en la agricultura son buenas para el futuro.

Sin embargo, los informes que el ISAAA viene publicando desde varios años son muy cuestionables. En primer lugar porque es un organismo creado y mantenido por instituciones y empresas con intereses en la biotecnología. Es muy revelador que Monsanto, Syngenta, Bayer CropScience, Pioneer Hi-bred y Dow AgroSciences, las cinco mayores multinacionales del sector agroquímico y biotecnológico, cuenten dentro de las entidades patrocinadoras del ISAAA (1). Estos vínculos con la industria biotecnológica y los evidentes propósitos de introducir lo más rápidamente posible una agricultura transgénica en los países en desarrollo pone en entredicho la objetividad de los datos presentados en sus informes anuales.

En este contexto, es fácil imaginar que las estimaciones del ISAAA son exageradas: en muchos países no existen datos oficiales y las cifras provienen directamente de la industria biotecnológica, España siendo uno de ellos. Un ejemplo de la poca fiabilidad de los datos proviene de Sudáfrica: en un estudio sobre el algodón transgénico en este país, Aaron deGrassi cuestiona las afirmaciones del organismo internacional: ?ISAAA dice que los pequeños agricultores utilizan esta tecnología en 100.000 ha. Agricultural Biotecnology in Europe ? una coalición de empresas biotecnológicas ? estima la superficie a 5.000 ha. y una encuesta local sugiere 3.000 ha.?(2). Por lo tanto las cifras del ISAAA estan, como poco, 20 veces superiores a la realidad.

Con el engaño de las cifras, el ISAAA quiere presentar una visión positiva de la aceptación de los cultivos transgénicos en el mundo. Es importante recordar que:

- menos de 10 países se reparten más del 99% de los cultivos transgénicos y que todavía muy pocos países han introducido esta tecnología a gran escala en su agricultura;
- de momento, sólo se comercializan dos tipos de plantas transgénicas: las resistentes a plagas (plantas Bt, un cuarto de la producción aproximadamente) y las tolerantes a un herbicida determinado, respondiendo a las necesidades de rentabilidad de la industria biotecnológica;
- cinco empresas trasnacionales monopolizan la venta de semillas transgénicas, con el consiguiente peligro real para la seguridad alimentaria mundial;
- La oposición ciudadana a los transgénicos crece como una bola de nieve y continentes enteros permanecen prácticamente libres de transgénicos, como es el caso de Europa. A pesar de la aprobación totalmente antidemocrática - sin el respaldo de los Estados Miembros - por parte de la Comisión Europea de dos maíces modificados genéticamente en 2004, España sigue siendo el único país que siembra semillas transgénicas de la Europa de los 25 y cada vez son más las regiones europeas que se declaran libres de transgénicos.

Liliane Spendeler, responsable del área de biotecnología de Amigos de la Tierra, declaró: ?Incluso si fueran ciertos los datos del ISAAA, los resultados de diez años de cultivos modificados genéticamente en la agricultura pueden tener una interpretación totalmente distinta a la visión optimista de la industria biotecnología: se han hecho realidad los mayores temores para el medio ambiente, permanecen las incógnitas sobre los efectos para la salud humana y se están generando nuevos y graves problemas sociales asociados a la introducción de las semillas transgénicas en los campos?. (3)

Resulta evidente que el desarrollo de la agricultura biotecnológica no se mueve por intereses altruistas ni el ISAAA está diseñado para ?contribuir a la erradicación del hambre y la pobreza compartiendo aplicaciones biotecnológicas para el cultivo?, sino que responden a meros instrumentos para aumentar las ganancias de unas muy pocas empresas multinacionales. (4)

Para más información: Liliane Spendeler: 918 479 248 - E-mail

Notas:

(1) ISAAA
(2) Aaron deGrassi - Third World Network Africa - Genetically Modified Crops and Sustainable Poverty Alleviation in Sub-Saharan Africa; an assessment of current evidence - 24/06/2003 - Ver aqui
(3) Para más información, consultar el informe de Amigos de la Tierra Internacional Cultivos modificados genéticamente, una década de fracasos [1994-2004] - Ver aqui
(4) Ver el análisis del informe del ISAAA de 2003 por Amigos de la Tierra España Situación global de los cultivos transgénicos: una visión distinta a la de la industria biotecnológica aqui

Fuente: Revista Rebelión

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martes, enero 18, 2005

Centroamérica contra los transgénicos

América Central trabaja unida contra los transgénicos

Diferentes organizaciones pertenecientes a Amigos de la Tierra Internacional que trabajan en distintos países de América Central, comienzan a realizar este viernes un conjunto de actividades -dentro de lo que denominan "Gira de la Mazorca Inflable"- en su continente en contra de los organismos genéticamente modificados (OGM)

El objetivo de las sedes centroamericanas de Amigos de la Tierra es informar nuevamente a la población de la región y a sus distintos gobiernos sobre los impactos negativos causados por los cultivos y productos transgénicos en el continente.

Las diferentes acciones contra los OGM serán coordinadas por Amigos de la Tierra Guatemala (CEIBA), Amigos de la Tierra El Salvador (CESTA, trabajando conjuntamente con la Red Ciudadana frente a los Transgénicos), Amigos de la Tierra Honduras (Madre Tierra), Amigos de la Tierra Nicaragua (Centro Humboldt) y Amigos de la Tierra Costa Rica (COECOCeiba), con la cooperación de la Asociación de Ecología Social de Costa Rica (AESO) y Amigos de la Tierra Alemania (BUND).

Entre las actividades programadas hay diferentes tipos de movilizaciones, ruedas de prensa, ferias de semillas, charlas y conciertos musicales. Cada una de las sedes nacionales de Amigos de la Tierra exhibirá durante las manifestaciones una mazorca inflable de seis metros de altura que fue transportada desde Alemania.

Las organizaciones de Amigos de la Tierra, además de subrayar las consecuencias negativas sociales, ecológicas, económicas y culturales de los transgénicos, proponen defender y proteger la biodiversidad del medio ambiente y la soberanía alimentaria de los pueblos (derecho de cada población a decidir qué comer y a producir su propio alimento).

Otro de los propósitos de la "Gira de la Mazorca Inflable" es subrayar el nexo entre los tratados de libre comercio (TLC) en América Central, como el Acuerdo de Libre Comercio de América Central (CAFTA), con la introducción de transgénicos. Los TLC incluyen políticas que fomentan la liberalización de los productos agrícolas, facilitando la introducción en los países centroamericanos de productos transgénicos agrícolas provenientes de grandes corporaciones estadounidenses y europeas.

En este sentido, las organizaciones centroamericanas de Amigos de la Tierra y BUND, trabajan con el objetivo de defender el derecho de cada país de América Central a establecer prohibiciones a las importaciones de OGMs y a negarse a que se experimente con organismos transgénicos en la región.

El sistema implantado por el cultivo de transgénicos provoca graves consecuencias contra el ambiente, la salud humana, la soberanía y libertad de los pueblos. Entre otros impactos negativos, se destacan: la instalación de monocultivos transgénicos y el desplazamiento de especies nativas daña la biodiversidad del ambiente; el monopolio de las empresas biotecnológicas que se adueñan de las semillas por medio de patentes, que luego les permiten vender esas semillas, conlleva a que los agricultores campesinos no puedan guardar semillas para cosechas siguientes; la pérdida de poder de los campesinos sobre las semillas perjudica la soberanía alimentaria de los pueblos; contaminación genética de cultivos no transgénicos (se ha probado científicamente que cultivos transgénicos y no transgénicos no pueden coexistir en un mismo espacio físico sin que los primeros alteren genéticamente a los segundos); incremento de uso de agrotóxicos necesarios para mantener en buen estado los cultivos transgénicos.

Fuente: Radio Mundo Real

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viernes, enero 07, 2005

México: sin nuestros maíces no somos pueblo


En noviembre de 2001 se cumplía lo que varias organizaciones de México y de otras partes del mundo venía advirtiendo y sospechando muchos años antes: la contaminación transgénica del centro de origen del maíz. Inevitablemente, la importación de maíz transgénico de Estados Unidos para consumo derivaría, como derivó, en la contaminación genética del maíz mexicano. Tres años exactos han pasado; tres años de denuncias, de resistencia, de buscar caminos para resguardar semillas, soberanía y seguridad alimentarias, por parte de diversas organizaciones indígenas campesinas y no gubernamentales

Decía recientemente Aldo González, integrante de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca: "La contaminación del maíz atenta directamente contra nuestras culturas, nos hiere en la esencia, en algo con lo que estamos íntimamente y milenariamente relacionados: el maíz es uno de los pilares de nuestras culturas, la base de nuestra resistencia; sin nuestros maíces no somos pueblo, no somos comunidad, no somos gente... ¿Cómo resolver el problema de la contaminación del maíz por transgénicos en México? ¿Qué podemos hacer las comunidades? A los pueblos indígenas nos preocupa resolver estas preguntas... Sabemos que el gobierno y el congreso no tienen oído para nuestra palabra y sólo escuchan a sus patrones: las transnacionales. Pensamos entonces que la movilización debe ser en nuestras comunidades. Es probable que poca gente la note porque no será estridente, pero es seguro que será contundente: se tiene que hacer en cada comunidad, en cada parcela, en cadapensamiento, en cada sentimiento de quien esté dispuesto a ser guardián del maíz. Hoy sembrar maíz nativo es un asunto político, una acción directa contra el modelo neoliberal que intenta destruirnos... Los indígenas defenderemos nuestros maíces nativos sembrándolos en nuestras tierras, que no son sólo nuestras, también son del maíz".

¿Soja sustentable?

¿Soja transgénica sustentable?
Martes, 04 de Enero de 2005

Manifestación campesina
Foro por los 100 millones. Encuentro de lanzamiento en Foz de Iguazú y contra encuentro simultáneo en Puerto Iguazú

I- En Sudamérica somos actualmente testigos de la conformación de una Mesa Redonda de Empresarios de "Soja Sustentable". Una iniciativa de la World Wildlife Fund (WWF) que pretende, con el pretexto de conservar Ecoregiones de alta biodiversidad, legitimar la expansión de los monocultivos industriales de soja transgénica y la introducción de los modelos intensivos de producción de carnes y lácteos - los "feedlots" o corrales de engorde-. Es una estrategia de capitalismo verde con el objetivo de satisfacer las crecientes demandas del mercado de Europa y China y así poder seguir pagando la ilegitima deuda externa a las instituciones financieras internacionales, ignorando la demanda alimentaria interna.

II- En Argentina esta propuesta toma forma a través del proyecto de la "La Cosecha de los 100 millones" liderada por la WWF Argentina -Fundación Vida Silvestre-. Un proyecto de expansión de superficie de siembra de aproximadamente 10 millones de has. Esta expansión implica una guerra a las comunidades indígenas y campesinas que están resistiendo el avance de la agricultura corporativa industrial. Significa que Argentina perderá la mínima producción local que aún persiste, sus campos serán sólo fuente de forrajes y de carnes para los mercados mundiales acrecentando incluso más la crisis social de nuestro país donde más de la mitad de la población se encuentra bajo el umbral de pobreza e indigencia.

III- Este modelo de agricultura industrial orientada a la exportación determina el destino de la agricultura a nivel global. Esto significa para los países importadores la desaparición de la agricultura local, una agricultura soberana y diversa basada en las culturas alimentarias de los pueblos. También significa el aumento de la precariedad del campesinado. La expansión de los agronegocios basados en la agricultura industrial y la ingeniería genética atenta contra la salud de las poblaciones, implica riesgos irreparables de contaminación genética, contaminación del medio ambiente debido al intenso uso de agroquímicos, pérdida de la fertilidad de los suelos agrícolas, deforestación y cambio climático.

IV- Esta iniciativa intenta cooptar a las ONGs ambientalistas y de la sociedad civil con el objetivo de legitimar la expansión de este modelo de agricultura industrial. Esta estrategia también deja traslucir un debate pendiente en esta década. ¿Cuál es el rol de las ONGs? ¿Su rol sería dedicar sus esfuerzos a convencer y entablar diálogo con las Transnacionales para mitigar los impactos de sus actividades? o ¿su fin principal debería ser el de otorgar herramientas y apoyo a las luchas de las comunidades locales?

V- Se propone desde este momento un proceso de debate y unión entre organizaciones de base: campesinas, urbanas, indígenas, sindicatos y ecologistas. Queremos crear una respuesta a este MODELO DE AGRICULTURA INDUSTRIAL BASADO EN MONOCULTIVOS E INGENIERIA GENETICA que está poniendo nuestra vida y la de las futuras generaciones en juego. Es sólo desde abajo, desde la misma base social, que podemos desarrollar alternativas y detener la crisis social y ecológica que vivimos y que aumenta cada día. Alternativas basadas en la experiencia milenaria de las comunidades rurales en combinación con tecnologías sustentables al alcance de todos. Convocamos a un proceso participativo de reflexión y construcción de nuevas políticas agropecuarias que converjan en la Reforma Agraria y la Soberanía Alimentaria.

Las organizaciones sociales abajo firmantes expresamos nuestra total oposición a la iniciativa de "Soja Sustentable" liderada por la WWF que profundiza el modelo neoliberal y favorece el proyecto del capitalismo global. Declaramos nuestra disposición a desarrollar acciones tendientes a denunciar el fraude que se está gestando y a coordinar actividades en defensa de los recursos naturales y de la diversidad biológica frente al enemigo común de nuestros pueblos:

Actividades que van desde la denuncia pública, la organización de encuentros de información hasta el desarrollo de actividades paralelas a los eventos de la Mesa Redonda Empresarial de "Soja Sustentable" tal como el Contraencuentro de Iguazú en Marzo 17-18, 2004 en respuesta a la primera reunión de esta Mesa Redonda.

Nos proponemos transitar verdaderos procesos de integración, solidaridad y hermandad entre todos los hombres y mujeres de esta tierra.

GRR- Grupo Reflexión Rural
MOCASE- Movimiento Campesino de Santiago del Estero
CLOC- Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas
Vía Campesina

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martes, enero 04, 2005

Gatoverdismo empresario de la industria sojera

El gatoverdismo empresario de la industria sojera

Autor: Grupo de Reflexión Rural

Una estrategia por parte de las transnacionales de cooptar ONGs para legitimar el saqueo y la destrucción de los recursos naturales. Cuaderno Informativo del GRR Grupo Reflexión Rural sobre la propuesta de soja sustentable de la World Wildlife Foundation (WWF)

La nueva ofensiva de las transnacionales para incrementar sus ganancias y simular sustentabilidad.

Cuaderno Informativo del GRR Grupo Reflexión Rural sobre la propuesta de soja sustentable de la World Wildlife Fund (WWF). Una iniciativa en forma de Mesa Redonda Empresarial organizada por las transnacionales UNILEVER, MAGGI, COOP y las ONGs ambientalistas y de la Sociedad Civil WWF, CORDAID y FETRAF-SUL.

Una propuesta que conlleva resignación y aceptación del modelo globalizado de los monocultivos: modelo manejado en todas las fases de la producción y comercialización por las transnacionales agroquímicas, desde la producción y venta de semillas, la distribución de pesticidas; las máquinas para siembra, cosecha y fumigación, los puertos de exportación, y hasta el dominio y el reemplazo de nuestra cultura alimentaria.

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lunes, enero 03, 2005

Las Semillas en la Tierra, Germinan

Nelson Alvarez Febles

Como parte del afán por mercantilizar cada paso de la agricultura se ha llegado a la situación actual donde está amenazado uno de los derechos más elementales de los y las agricultoras, como es el de guardar, resembrar y compartir las semillas. Sin el libre intercambio de las semillas y otro material reproductivo vegetal y animal la humanidad no hubiera llegado hasta aquí, ni hubiera desarrollado esa gran y hermosa diversidad cultural que nos caracteriza, ni tampoco hubiera poblado todos los rincones donde habitamos los pueblos de la Tierra. Por lo tanto, no se puede aceptar que una vez que las semillas están en manos de los agricultores, y estos empiezan a utilizarlas, a experimentar con ellas, a seleccionarlas, a mejorarlas, que entonces las compañías que las mercadean puedan perseguir como criminales a los agricultores para cobrarles regalía siembra tras siembra.

Sin embargo ese control sobre las semillas parece ser uno de los puntales estratégicos en esa nueva vuelta de tuerca de la apropiación agroalimentaria que venden bajo el nombre de los transgénicos, los organismos modificados genéticamente. Es decir, que han modificado mediante técnicas de laboratorio la esencia de la vida, el material genético, para favorecer la venta de tecnologías y productos agroquímicos. Los paquetes tecnológicos están cada vez más bajo control de las transnacionales, que venden las semillas y los agrotóxicos como partes inseparables de la tecnología transgénica, centralizan la comercialización y se encargan de ejercer el control político para garantizar el cobro de sus regalías. Las transnacionales amarran a los agricultores a través de contratos onerosos para garantizar el cobro de sus ganancias. En EEUU y Canadá utilizan policías privados que entran a las fincas a recoger muestras de las siembras de los agricultores, y a los tribunales de justicia para que impongan multas. Recientemente, en el notorio caso de la Monsanto contra el agricultor canadiense Percy Schmeiser la Corte Suprema de Canadá decidió que las transnacionales que producen las semillas transgénicas tienen derecho sobre cualquier ser vivo que contenga los materiales genéticos patentados, no importa cómo llegaron a la finca de los agricultores o si las mismas les han rendido beneficios.

Este tema de los transgénicos es más dramático que otras tecnologías introducidas en nombre de las revoluciones agrícolas importadas porque la materia prima es precisamente la vida, y sus productos tienen la capacidad de auto-reproducirse. Son productos que salen al mercado con muy pocos estudio sobre sus impactos, no hacen un aporte significativo en lo agronómico, y surgen evidencias de impactos negativos sobre la salud y el medio ambiente. Además, vemos que en la medida en que crecen las ganancias corporativas una enorme aplanadora va destruyendo en todas partes la diversidad tecnológica, ecosistémica y cultural que caracteriza al medio rural.

El caso del comercio internacional con OGMs es un buen ejemplo de cómo no existen instrumentos para exigir responsabilidades ante eventuales desastres. En el caso de los OGMs se ha impedido que tratados como el de bioseguridad _protocolo al Convenio de Diversidad Biológica contengan medidas para exigir reparaciones. Ante la contaminación del maíz criollo en México con transgenes, no existe ordenamiento legal internacional para hacer responsable a las compañías que crearon esos transgenes; aunque esas mismas compañías pretenden cobrar el pago de regalías a todo agricultor que los tenga en sus cultivos. Así como se han exigido cambios en las legislaciones de muchos países para favorecer los DPI, compensar a las industrias transnacionales por pérdida de negocios reales o potenciales y reducir en ocasiones los derechos ambientales o los derechos de las comunidades locales para facilitar la explotación de los recursos naturales, así también se ha impedido desde los centros de poder de los países más industrializados la creación de un marco sólido para el control del comercio y la introducción de OGMs en nuestros países.

Desde esa perspectiva, en lo agroecológico lo urgente entonces es mantener vivos bolsillos de resistencia, bolsillos activos y creativos de resistencia: mantener vivos los recursos y el conocimiento, permitir que evolucionen activamente en contacto con los pueblos, las comunidades y la naturaleza, no en bancos de semillas o en jardines botánicos, ni en comunidades empobrecidas en los alrededores de las ciudades, lejos del lugar de origen. Estos bolsillos de resistencia los podemos catalogar en tres áreas, aunque objetivamente existen integrados en una única realidad.